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- OndaCero
- Publicado: 05/12/2024
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Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la crisis política que atraviesa Francia, donde Macron vio anoche cómo le tumbaban a su primer ministro, Michel Suspiro Barnier.
Es natural. Es natural que viendo cómo les va a los gobiernos de Francia y de Alemania -los dos motores de la Unión Europea- el nuestro relativice todas las penurias que sigue pasando en el Congreso cada vez que tiene que aprobar algún proyecto.
A Sánchez no lo pueden mover del sillón que disfruta
Es natural porque Macron, en Francia, vio anoche cómo le tumbaban a su primer ministro -Michel Suspiro Barnier, que ha batido el récord de Carmen Montón en España, aquella ministra de Sanidad que tuvo Sánchez nada más llegar al poder, quién se acuerda, duró tres meses y pico, dimitió por haber copiado un trabajo de fin de máster (por qué cosas se dimitía entonces, eh), y que hoy ejerce de embajadora ante la Organización de Estados Americanos, recolocaciones Sánchez-; a Macron le han tumbado a un primer ministro vía moción de censura y a Scholtz, el alemán, le están esperando dentro de once días en su Parlamento para negarle la confianza y dar por finalizada la legislatura para ir a nuevas elecciones (cumple tres años este domingo, sólo tres años, y no es seguro que sobreviva a las urnas de febrero, en las encuestas su gestión sale hecha unos zorros).
Puigdemont nunca tuvo en su mano hacer caer a Sánchez
Hay alta probabilidad de que haya Presupuestos nuevos para 2025, aunque ya lleguen tarde. Con el apoyo de los aliados de siempre. Incluido Puigdemont, que presume mucho de tener la llave de la legislatura -lleva desde julio del 23 en ello- pero empieza a tener ya la cantinela gastada. En realidad, nunca tuvo en su mano hacer caer a Sánchez. Tuvo en su mano que no fuera investido, pero una vez reasentado en la Moncloa la única forma de tumbarle es la moción de censura que Junts ni se ha planteado ni se va a plantear.
Barnier a su casa y que pase el siguiente
En Francia se dirigirá Macron esta tarde a los franceses -discurso televisado, acostumbra a ser corto y al pie- para contarles qué nuevos planes tiene. Su recordemos que salió trasquilado de las elecciones europeas, donde ganó de largo la extrema derecha, disolvió el Parlamento buscando la redención y la confianza de sus votantes, le salió regulera la operación porque la primera vuelta la ganó la extrema derecha y la segunda, la coalición de todas las izquierdas, encargó el gobierno a Barnier (conservador tradicional de 73 años) pensando que podría ganarse a Le Pen y ablandar a la izquierda menos melenchonista, y el resultado es el que se consumó anoche: a su casa y que pase el siguiente.
Hoy sabremos si Macron ha encontrado ya un repuesto, si se le ha pasado por la cabeza renunciar él (como le invita a hacer la mayoría parlamentaria), o si se hace un Sánchez y se va cinco días a pensar si le merece la pena gobernar a los franceses.
Cómo no van a envidiar sus colegas a Sánchez
Y encima viene la OCDE y actualiza previsiones económicas empeorando las de Alemania y Francia y mejorando, otra vez, las de España. Cómo no van a envidiar sus colegas a Sánchez.
A la economía alemana la deja a cero para este ejercicio, cero por ciento, ni crece ni decrece, que es un estancamiento preocupante, y a la economía francesa le da un uno raspado para este año pero le mete tijera, ya por debajo del uno, para el siguiente. Y frente a eso, a España le sube un pelín, un par de décimas, pero le permite redondear este año en un 3%, que para cualquier gobierno es música celestial.
Aldama abre el abanico de corrupciones de que acusa a Ábalos y acusa a Ángel Víctor Torres
Víctor de Aldama aportó papeles al juez del Supremo que los investiga a Ábalos y a él. ¡Y a Koldo! Papeles que examinará el juez a ver qué solidez tienen y si son, como sostiene Aldama, las pruebas de que las imputaciones que él hace son ciertas, o si, siendo papeles, no prueban, en realidad, nada.
Aldama hizo ayer dos cosas: abrir el abanico de corrupciones de que acusa a Ábalos (los Ábalos, porque ahora mete en el ajo también al hijo) y reiterar sus acusaciones al jefe de gabinete de Hacienda y al ministro Ángel Víctor Torres. De éste dice ahora que utilizaba un piso que él alquilaba en Atocha para verse en secreto con terceras personas, encuentros íntimos, dice.
Los papeles, 37 folios, incluyen un listado de contratos públicos, muchos de obras y carreteras, que según Aldama estaban pre adjudicados por Ábalos a cambio de mordidas. En color rosa están (o estarían) señaladas, con rotulador, las obras ya comprometidas con empresas concretas y en color verde las posibles adjudicaciones también a cambio de comisiones.
Que todo es un engaño y que contra él no tiene nada. Continuará. En el caso ya hay papeles y trabajo para los grafólogos. Como en los viejos tiempos.
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